16 noviembre, 2007

ROMANCE PARA AQUEL HIJO QUE NO TUVE CONTIGO - Rafael de León




Hubiera podido ser
hermoso como un jacinto
con tus ojos y tu boca
y tu piel color de trigo,
pero con un corazón
grande y loco como el mío.

 
Hubiera podido ir,
las tardes de los domingos,
de mi mano y de la tuya,
con su traje de marino,
luciendo un ancla en el brazo
y en la gorra un nombre antiguo.

 
Hubiera salido a ti
en lo dulce y en lo vivo,
en lo abierto de la risa
y en lo claro del instinto,
y a mí... tal vez que saliera
en lo triste y en lo lírico,
y en esta torpe manera
de verlo todo distinto.

 
¡Ay, qué cuarto con juguetes,
amor, hubiera tenido!
Tres caballos, dos espadas,
un carro verde de pino,
un tren con cuatro estaciones,
un barco, un pájaro, un nido,
y cien soldados de plomo,
de plata y oro vestidos.

 
¡Ay, qué cuarto con juguetes,
amor, hubiera tenido!
¿Te acuerdas de aquella tarde,
bajo el verde de los pinos,
que me dijiste: -- ¡Qué gloria
cuando tengamos un hijo! ?
Y temblaba tu cintura
como un palomo cautivo,
y nueve lunas de sombra
brillaban en tu delirio.

 
Yo te escuchaba, distante,
entre mis versos perdido,
pero sentí por la espalda
correr un escalofrío...
Y repetí como un eco:
"¡Cuando tengamos un hijo!..."

 
Tú, entre sueños, ya cantabas
nanas de sierra y tomillo,
e ibas lavando pañales
por las orillas de un río.
Yo, arquitecto de ilusiones
levantaba en equilibrio
una torre de esperanzas
con un balcón de suspiros.

 
¡Ay, qué gloria, amor, qué gloria
cuando tengamos un hijo!

 
En tu cómoda de cedro 

nuestro ajuar se quedó frío,
entre azucena y manzana,
entre romero y membrillo.

 
¡Qué pálidos los encajes,
qué sin gracia los vestidos,
qué sin olor los pañuelos
y qué sin sangre el cariño!
Tu velo blanco de novia,
por tu olvido y por mi olvido,
fue un camino de Santiago,
doloroso y amarillo.


Tú te has casado con otro,
yo con otra hice lo mismo;
juramentos y palabras
están secos y marchitos
en un antiguo almanaque
sin sábados ni domingos.

 
Ahora bajas al paseo,
rodeada de tus hijos,
dando el brazo a... la levita
que se pone tu marido.

 
Te llaman doña Manuela,
llevas guantes y abanico,
y tres papadas te cortan
en la garganta el suspiro.

 
Nos saludamos de lejos,
como dos desconocidos;
tu marido sube y baja
la chistera; yo me inclino,
y tú sonríes sin gana,
de un modo triste y ridículo.

 
Pero yo no me doy cuenta
de que hemos envejecido,
porque te sigo queriendo
igual o más que al principio.

 
Y te veo como entonces,
con tu cintura de lirio,
un jazmín entre los dientes,
de color como el del trigo
y aquella voz que decía:
"¡Cuando tengamos un hijo!..."

 
Y en esas tardes de lluvia,
cuando mueves los bolillos,
y yo paso por tu calle
con mi pena y con mi libro
dices, temblando, entre dientes,
arropada en los visillos:
"¡Ay, si yo con ese hombre
hubiera tenido un hijo!..."

Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

13 noviembre, 2007

LOS PRIMEROS DÍAS [Respuesta]




Y partiste como un hombre hacia el desierto
con un fajo de pobreza en el bolsillo,
te alejaste de tu hogar y de tu puerto,
olvidándote que aún eras un niño.

Y sufriste como un rey en su destierro
la inclemencia de las lluvias y los vientos,
tus angustias fueron causa del aferro
a tu fe, tus esperanzas y tus sueños.

Muchas veces en las noches silenciosas,
alejada de los limites del cuerpo,
voló tu alma a las playas amorosas
del hogar de tu familia y de tu pueblo.

Hoy que cruzas más seguro por la vida,
y has vencido los fantasmas del destino,
por tu arrojo, tu tesón y valentía,
hijo mío, yo te admiro y te bendigo.


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Autoría y Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

Obra registrada con todos los derechos reservados en:
 

10 noviembre, 2007

LOS PRIMEROS DÍAS - Luis Renato Lema Calmet - 2001


Poeta peruano contemporáneo


Amanece de nuevo, el trabajo espera,
un poco más de sueño, no puede ser,
ya es hora, me levanto aunque no quiera;
el tiempo vuela, corre, salgo sin comer.

El trabajo está ahí, siempre, todos los días,
sin descanso, lunes a domingo, es así;
cuerpo adolorido, manos tiesas, tripas vacías,
no es tan malo, no me quejo, yo lo elegí.

Llego al cuarto, soledad inmensa,
tiempo para pensar y extrañar,
nunca hubiera venido, uno piensa,
mejor sería mi vida en el lejano hogar.

Pero busco la verdad en mí mismo,
uno puede ser feliz en la pobreza
más no en el conformismo,
y la vida real... recién empieza.

08 noviembre, 2007

TAUROMAQUIA




Este domingo soleado,
es de fiesta, todo es gozo,
hay gentío abigarrado
en los asientos del coso…

Van a lidiar unos toros
ante los ojos cristianos,
que con mirada de lobos
no tienen nada de humanos.

Sale al ruedo el paseíllo
al redoble de un tambor…
El alguacil va primero
todo vestido de negro
y en su sombrero un plumón.
Detrás señoritos toreros
con saquitos de bolero
y apretado el pantalón…

Cada cual con su cuadrilla,
picador y banderilla,
monosabios de bufón…
Todos van muy elegantes
llenos de luces y escarcha,
es un velorio la marcha
de los toros sin cajón.

De la bota a la garganta
corre pronto el vino tinto,
se está abriendo ya la tranca
y comienza el laberinto.

Un remolino furioso
sale al ruedo y pega un brinco,
un huracán se ha soltado
sobre la arena del circo.
Corre un hombre al burladero
siente la muerte pasar,
y uno que llaman torero
con verónicas de artista
lo pretende dominar.

Es necesaria una pica
para bajar su furor,
el animal se defiende
y su embestida no achica
cuando viene el picador.

Pobre su lomo erizado,
ante el puyazo traidor,
el torito no lo entiende,
tiene el lomo ensangrentado
y en sus ojos gran dolor.

Se le pifia descontento
al jinete vareador,
no por la herida profunda
que ha inflingido al toro bravo,
no les duele su dolor,
quieren al bicho violento
que se defienda enojado
ante el diestro toreador.

El maestro dice: ¡Basta!
pensando que el bicho afloja,
pero el toro no se arrastra
está mostrando su casta
oliendo su sangre roja.

El torero se aprovecha
y hace un pase de rodillas…
Con el capote en derecha…
Haciendo la serpentina…
La revolera hacia atrás,
y un par de pases modernos
cuando el pueblo quiere más.

Llega el segundo tercio
en un runrún de silencio…

Las osadas banderillas
como profundas espinas
se clavan en las costillas,
la gente grita en sus sillas
alborotando el colmado,
y el toro revolotea
por el centro y las esquinas
su cuerpo, medio mareado.

Luego viene la otra suerte
la muleta y el estoque,
se está acercando la muerte
en cada giro y revoque.
Un natural y de pecho
terminan en molinete,
el matador se divierte
con el astado maltrecho…
y en el momento esperado
el cruel acero le mete
al animal agotado
desde el testuz hasta el pecho.

Entre cortinas de sangre
cae el toro a la explanada
y por la arena lo arrastran
como carne destazada.

Gritando el público aplaude
el final de la faena,
hubo muerte, no hubo fraude
esa tarde estuvo buena…

Se cortan rabo y orejas
y se viva al matador,
yo no comprendo señor
como cristianos confesos,
denominamos a esos
que matan sin resquemor,
a seres tan indefensos
que no tienen salvador.



Autoría y Voz: Luis Lema Osores
®L3mOs
Obra registrada con todos los derechos reservados en:

07 noviembre, 2007

ESTACIONES


 
Vendrás en primavera, con flores muy hermosas,
brindándome tú aroma de mirto y de jazmín,
me bordarás un manto de bellas mariposas
y pétalos de rosas cubriendo mi jardín.

Serás un fresco arroyo en tórrido verano
calmando con tus aguas mi sed y mi sopor,
abanicarán mis sueños las palmas de tus manos
y dormiré a la sombra de tu ángel protector.

Te irás en el otoño, huyendo con las hojas
que vuelan sin destino con viento a su favor,
dejando mi alma triste, cargada de congojas
muy sola y desvalida llorando por tu amor.

Serás en el invierno promesas de regreso,
te buscaré en la ausencia con loco frenesí,
y en mi febril delirio tal vez yo te de un beso
en los labios traviesos que nunca conocí.


Autoría y Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

Obra registrada con todos los derechos reservados en:
 

06 noviembre, 2007

IMPOSIBLE - Carlos German Amézaga





¡Imposible!...así has dicho con apagado acento,
al hablarte yo un día de mi secreto amor.
¡Imposible!... ¿Comprendes acaso lo que encierra
esa fría palabra que hiela el corazón?


Imposible no hay nada para el que amando mucho,
en poco tiene todo lo que su amor no es.
Será imposible unirse con vulgares lazos,
pero, imposible amarse ¿Por qué?, dime ¿Por qué?


Yo siento que te amo, yo siento que te adoro,
a través de mundanas preocupaciones mil.
Yo no digo imposible, porque posible es verte,
porque aún puedo un instante respirar junto a ti.


¡Imposible! Que vengan a mí todos los hombres
a destruir tu imagen del pecho en el altar…
Arrancarán la carne, destrozarán las fibras,
mas siempre victorioso, direles – Aquí está -


Sólo imposible encuentro, no sentir de tus ojos
las eléctricas chispas, la esplendorosa luz.
Sólo hay un imposible, y este es el no adorarte,
mereciendo la dicha de que sonrías tú.

Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs