28 marzo, 2007

AL SEPARARNOS - Federico Barreto

"El Cantor del cautiverio"
Peruano 1868-1929

 
Mañana, cuando llores sin consuelo
la juventud que pasa y no regresa,
y adviertas con dolor y con sorpresa
hebras de nieve entre tu pelo negro.
Mañana, cuando sientas tu alma herida
y rueden sobre el polvo de la vida
las hojas secas de ilusiones...
Mañana, cuando al fin una pena honda
te haga sufrir tormentos no sufridos,
y gimas y nadie oiga tus gemidos
y llames sin que nadie te responda...
Mañana, cuando caiga fulminado
al golpe de tu saña desmedida,
y me oigas pronunciar tu nombre santo
con el último aliento de la vida...
Entonces, ¡Ay! entonces estoy cierto
de que al fin te hará falta mi ternura,
y llorarás con intensa amargura
y tendrás compasión del pobre muerto...
Y desolada, inconsolable y triste
me llamarás con ánimo cobarde,
y yo desde la tumba que me abriste,
"ya es tarde ingrata" te diré, "ya es tarde",
y al ver tu dicha y esperanza trunca,
exclamarás transida de quebranto:
¿Por qué Señor, por qué no lo amé nunca,
si era tan bueno, si me amaba tanto?
Y sin tener quien te oiga ni te aguarde,
irá al cielo a perderse tu plegaria,
y yo desde la tumba solitaria
"ya es tarde ingrata" te diré, "ya es tarde"


Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

23 marzo, 2007

ASÍ VERTE DE LEJOS - José Angel Buesa



Así, verte de lejos, definitivamente.
Tú vas con otro hombre, y yo con otra mujer.
Y sí que como el agua que brota de una fuente
aquellos bellos días ya no pueden volver.

Así, verte de lejos y pasar sonriente,
como quien ya no siente lo que sentía ayer,
y lograr que mi rostro se quede indiferente
y que el gesto de hastío parezca de placer.

Así, verte de lejos, y no decirte nada
ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nunca sospeches cuánto te quiero así.

Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche entera es corta para soñar contigo
y todo el día es poco para pensar en ti.

Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

22 marzo, 2007

ES DE NOCHE Y AÚN DESPIERTO



Es de noche y aún despierto
siento un vacío en la cama,
un vacío tan inmenso
como el más grande desierto,
que sólo podré llenar
con tu presencia anhelada.
Esta noche he dejado
las puertas abiertas de mi alma,
y en el suelo he regado
esperando tu llegada
mil pétalos de rosas blancas.
Ven mujer no tengas miedo,
toda vestida de luna
que así desnuda deslumbras.
Ven complace mis deseos
e ilumina esta penumbra.
Entra despacio y callada,
que no se sientan tus pasos,
yo abrigaré con mis brazos
tu figura tan soñada,
me ceñiré como un lazo
a tu cintura quebrada.
Ven desnúdate mujer,
abandona tu corpiño,
que yo cual sí fuera un niño
desesperado en beber,
juguetearé con mis labios
entre tus pechos dormidos
y los haré florecer.
Deja que caiga tu falda
con su interior por el suelo,
yo bajaré por tu espalda
suavemente con mis dedos,
hasta llegar a tu alcázar
para encender tus deseos.
Iremos a navegar
el ancho mar de mi cama,
nos revolcaremos gimiendo
en las olas de mis sábanas
hasta llegar al final...
Y así dormido y sonriendo
me verá la madrugada,
soñando que estoy despierto
con tu cabeza en mi almohada