26 noviembre, 2006

ELEGÍA PARA TI Y PARA MI - José Angel Buesa



Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente en mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo.
Y tú sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles
dejarás poco a poco de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré, quizás "Que linda es todavia"
Tú quizás pensarás: "se está poniendo viejo"
Tu irás sóla o con otro. Yo iré sólo o con otra.
O tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida , año trás año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas
pensaré en tí, un instante, pero cada vez menos...

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando,
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Ya yo te habré olvidado definitivamente,
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
Y quizás para entonces al cruzar una calle
nos vimos frente a frente ya sin reconocernos.
Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre, cruzadas sobre el pecho.
Tú con los ojos tristes, y los cabellos blancos
te pasarás las horas bostezando y tejiendo,
y cada primavera renacerán las rosas
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.


Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

24 noviembre, 2006

EL HIJO DEL SUEÑO - José Angel Buesa


¡Un hijo! Tú sabes, tú sientes que es eso:
ver nacer la vida del fondo de un beso
por un inefable milagro de amor.
Un beso que llene la cuna vacía
y que ingenuamente nos mire y sonría,
¡Un beso hecho flor!

¡Un hijo! Un fragante, fuerte y dulce lazo.
Me parece verlo sobre tu regazo palpitando ya;
y miro moverse con pueril empeño
las pequeñas manos de nuestro pequeño,
como si quisieran sujetar un sueño
que llega y se va.

En el agua fresca de nuestras ternuras
mojará las alas de sus travesuras
como una paloma que aprende a volar.
y será violento, loco y peregrino,
y amará igualmente la mujer y el vino
y el cielo y el mar.

Con la sed amarga de la adolescencia
beberá en la fuente turbia de la ciencia.
¡Y tierno cantor!
Irá por el mundo con su lira al hombro
dejando un reguero de rosas de asombro
y un áureo fulgor.

Cruzará al galope la árida llanura
pálido de ensueño, loco de aventura
y ebrio de ideal.
Y en su desvarío de viajes remotos
volverá algún día con los remos rotos,
trayendo en los labios un sabor de sal.

Caminante absurdo, de caminos muertos
pasará su sombra sobre los desiertos
en una infinita peregrinación,
y una alucinada pupila inconforme
verá en su destino grabada
una enorme interrogación.

Pero será inútil su tenaz andanza
persiguiendo un sueño que jamás se alcanza.
Y ha de ser así, pues no hallará nunca, como yo,
la meta de todas sus ansias de hombre y poeta,
porque en las mujeres de su vida inquieta
no hallará ninguna parecida a ti.

Que tú eres la rosa de una sola vida,
la rosa que nadie verá repetida
porque al deshojarse secará el rosal.
Y como en el mundo ya no habrá esa rosa,
el irá en su larga búsqueda infructuosa
en pos de una igual


Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

10 noviembre, 2006

SÍ PREGUNTA - Mario Benedetti


Si pregunta por mí,
traza una cruz de silencio en tus labios.

Si pregunta por mí
dile que he muerto
que he ido al fondo del olvido,
que soy un árbol triste
cansado de esperar.

Pero, si pregunta por mí
no le des mis palabras cálidas,
no le des mi sonrisa triste,
no le digas que todavía lloro,
que todavía su imagen está entre mis sueños,
que quisiera como tantas veces
volver en sueños a ese mundo de maravillas
Sólo dile que me he ido y no sabes donde.

Vamos a ver,
si la ves pregúntale,
pregúntale si su predilecto libro
entre las manos me recuerda,
pregúntale si sus caricias,
que han de corresponder a otro,
son de aquel amor que ella me brindaba.
Si pregunta por mí,
dile que me he ido al infierno.

Pero...no...espera
si ves que en sus ojos hay aunque sea
un poco de luz para mi,
dile, tan solo dile que venga



Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

DIOS TE SALVE REINA MIA - Federico Barreto


Agobiado por el peso de la carga de la vida,
a la orilla del camino me acosté para morir,
y la muerte que se hallaba en las sombras escondida,
"son inútiles - me dijo - tus anhelos de suicida
Dios te tiene condenado al martirio de sufrir".
Una mezcla indefinible de pavor y desconsuelo,
sacudió toda mi sangre al oir aquella voz,
y sintiendome abrumado por mi angustia y por mi duelo:
"Ya no puedo con mis penas - exclamé mirando al cielo -
Ya no puedo con la vida...morir quiero justo Dios".
Transcurrieron muchos días...yo seguí allí tendido
sin que nadie en torno mío, se apiadara al verme así.
Mi ambición era quedarme para siempre ahí dormido,
cuando un ángel vió mis penas y me dijo en el oído:
¡Ah poeta! Te buscaba...vive...vive para mí.
¿Eres huérfano? ¿Estás sólo? ¿Qué pesar te desespera?
Se más fuerte que la angustia, se más fuerte que el dolor,
yo seré tu dulce novia, yo seré tu compañera,
yo hundiré mis dedos blancos en tu negra cabellera,
yo en la copa de mis labios te daré a beber amor.
Hace tiempo que me embriago con la miel de tus cantares,
que deseo que tus versos sólo sean para mí,
que te sigo con el alma por las tierras y los mares,
que son míos tus anhelos, que son míos tus pesares,
que te adoro...que te adoro, que comprendo que he nacido para tí.
Ven poeta y allá lejos en las playas del olvido,
donde el único testigo que tendremos será Dios,
buscaremos un refugio, formaremos nuestro nido,
y a tu lado he de quererte, como nadie te ha querido
y la vida será entonces un Edén para los dos.
¡Ven! Te ofrezco la ventura que buscabas por doquier,
¡Ven! Soy tuya. Con mis besos te daré la juventud,
y después cuando la intrusa surja pálida y te hiera,
y tu novia cariñosa, yo tu dulce compañera,
iré fiel hasta la muerte a dormir en tu ataúd.
Calló el ángel, y yo al verlo sentí mi alma conmovida.
Eras tú mujer ese ángel y a tus pies me arrodillé,
luego así tu blanca mano y con ella siempre asida
cruzo hoy día al lado tuyo el camino de la vida,
y me aterro de la muerte, yo que tanto la busqué.
Eres tú quien ha trocado mis dolores en placeres,
tú el arcángel que ví un día entre nubes de tisú...
Dios te salve porque sufres, Dios te salve porque quieres,
Dios te salve reina mía entre todas las mujeres,
y bendita para siempre, para siempre seas tú


Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

08 noviembre, 2006

LOS DADOS ETERNOS - César Vallejo


Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomado de tu pan,
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado.
¡Tu no tienes Marías que se van!
Dios mío, sí tu hubieras sido hombre
hoy supieras ser Dios,
pero tu que estuviste siempre bien
no sientes nada de tu creación,
y el hombre sí te sufre: el Dios es él.
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas
como en un condenado,
Dios mío, prenderas todas tus velas
y jugaremos con el viejo dado.
Tal vez ¡Oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la muerte
como dos haces fúnebres de lodo.
Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
ya no podrás jugar, porque la tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la ventura,
que no puede parar sino en un hueco,

en el hueco de inmensa sepultura.


Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs

06 noviembre, 2006

LOS HERALDOS NEGROS - César Vallejo


Hay golpes en la vida, tan fuertes. ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma. ¡Yo no se!

Son pocos, pero son. Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas,
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las hondas caídas de los Cristos del alma,
de una fe adorable que el destino blasfema.
Estos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre. Pobre. ¡Pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos dan una palmada;
vuelve sus ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes.¡Yo no se!



Voz: Luis Lema Osores
Fondo Musical: El Condor Pasa

02 noviembre, 2006

TOITO TE LO CONSIENTO - Rafael de León


¿Te acuerdas de aquella copla
que escuchamos aquel día
sin saber quién la cantaba
ni de qué rincón salía?...
¡Qué encanto! ¿Verdad?
¡Qué duende, qué sentimiento,
pero qué estilo, qué voz!
Creo que se nos saltaron
las lágrimas a los dos.

"Toíto te lo consiento
menos faltarle a mi mare,
que una mare no se encuentra
y a tí te encontré en la calle".

No vayas a figurarte
que esto va con intención,
tú sabes que por tí tengo
grabao en el corazón
el querer más puro y firme
que ningún hombre sintiera
por la que Dios, uno y trino,
le entregó por compañera.
Pero es bonita la copla
y entra bien por soleares:
"Toíto te lo consiento
menos faltarle a mi mare".

Y me enterao casualmente
de que le faltaste ayer.
Y nadie me lo ha contao;
nadie, pero yo lo sé.
Que tengo entre dos amores
mi cariño repartío,
si encuentro el uno llorando
es que el otro lo ha ofendío;
y, mira, nunca me quejo
de tus caprichos constantes:
¿Quieres un vestío?...catorce.
¿Quieres un reloj?... de brillantes.
Ni me importa que la gente
venga de mí murmurando
que si soy pa tí un muñeco
que si me has quitao el mando...

Que en la diestra y la siniestra
tienes un par de agujeros,
por donde se va a los mares
el río de mis dineros.
Que yo con tal de que nunca...
de mi lao te separes...
"Toíto te lo consiento
menos faltarle a mi mare".

Porque ese mimbre de luto
que no levanta la voz,
que en seis años no ha tenío
contigo ni un sí ni un no,
que anda como pavesa,
que no gime ni suspira,
que se le llenan los ojos
de gloria cuando nos mira.
Que me crió con su sangre,
y me guiaba la mano
para que me persignara
como tó fiel cristiano;
y en las candelas del hijo
consumió su juventud
cuando era...cuarenta veces
mucho más guapa que tú;
tienes que hacerte la cuenta
que la has visto en los altares
e hincártele de rodillas
antes que hablarle a mi mare.
Porque el amor que te tengo
se lo debes a su amor.
Que yo me casé contigo
porque ella me lo mandó.

Con que a ver si tu conciencia,
se aprende esta copla mía,
muy semejante a aquel cante
que escucháramos un día,
sin saber quién lo cantaba
ni de qué rincón salía.

"A la mare de mi alma
la quiero desde la cuna.
Por Dios, no me la avasalles
que mare no hay más que una
y a ti te encontré en la calle".



Voz: Luis Lema Osores
®L3mØs