En memoria del Arquitecto Oscar Torres Ch.
(R.I.P. 25.02.08)
Partiste hacia otros lares más claros y serenos,
donde el azul del cielo se junta con el mar,
a campos verdecidos con flores y cerezos,
en donde tu alma buena se pueda solazar.
Te fuiste aquella noche, dejando por el cielo,
tu límpida mirada brillando en un lucero,
tu risa contagiosa cantando en un jilguero,
la ropa de tu cuerpo colgada de un ropero.
Partiste, y sin embargo tu espíritu sereno,
tu tacto y tu dulzura nos han de acompañar,
tu hombría hacia el destino con impiedad funesto,
nos dieron un ejemplo que no se ha de borrar.
Te fuiste hermano lindo diciendo un hasta luego
pues tarde o más temprano nos vamos a encontrar,
las almas por afines se buscarán de nuevo,
y en un eterno abrazo contentas se unirán.
(R.I.P. 25.02.08)
Te fuiste aquella noche tranquilo y en silencio,
lo mismo que una nube después del vendaval,
tus labios balbucearon un calido hasta luego,
sabiendo que tu viaje tan sólo es temporal.
lo mismo que una nube después del vendaval,
tus labios balbucearon un calido hasta luego,
sabiendo que tu viaje tan sólo es temporal.
donde el azul del cielo se junta con el mar,
a campos verdecidos con flores y cerezos,
en donde tu alma buena se pueda solazar.
tu límpida mirada brillando en un lucero,
tu risa contagiosa cantando en un jilguero,
la ropa de tu cuerpo colgada de un ropero.
tu tacto y tu dulzura nos han de acompañar,
tu hombría hacia el destino con impiedad funesto,
nos dieron un ejemplo que no se ha de borrar.
pues tarde o más temprano nos vamos a encontrar,
las almas por afines se buscarán de nuevo,
y en un eterno abrazo contentas se unirán.
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